La llamada cuesta de enero a todos nos perjudica, eso no es novedad, es algo que siempre ha pasado: aumento en el precio de bienes, servicios, impuestos, contribuciones y todo tipo de estrategias para recaudar dinero que después será distribuido en presupuestos, obras públicas y servicios que prestan los diferentes niveles de gobierno; tampoco eso es novedad, ya que siempre se ha hecho y en esta ocasión no es la excepción.
Pero el problema actualmente es que la economía no se ha recuperado, no debido a una baja productividad de la gente, sino porque entre otras cosas se atravesó una pandemia que ha hecho difícil la recuperación. Eso se entiende y por lo mismo el gobierno federal ha hecho un llamado a las administraciones estatales, no para evitar el cobro de impuestos, pero sí para moderarse en la recaudación. Pero esto no lo ha hecho gobierno del estado de Chihuahua, el cual busca obtener dinero de los contribuyentes a través del cobro del replaqueo, lo que provoca una inconformidad generalizada.
A nivel nacional la inflación ha subido considerablemente desde mediados de 2021, los energéticos son más caros, al igual que la canasta básica y en general los servicios que ofrece el Estado mexicano en su conjunto; pero en el caso del gobierno del estado podemos ver que este no se ha moderado para nada, lo que hace que tanto la ciudadanía como los diputados y diputadas reaccionen tratando de evitar cobros que son desproporcionados, como el del replaqueo, tomando en cuenta que los demás servicios ya habían aumentado de precio.
No deja de llamar la atención la declaración de la gobernadora del estado, Maru Campos, en el sentido de que Chihuahua fue el cuarto estado con la mayor participación federal; eso es una buena noticia, porque implica que la federación no asumió ninguna actitud negativa hacia el estado grande, sino que lo apoyó con presupuesto. Este reparto nos da elementos para pensar que no son necesarios los cobros tan onerosos que implica el replaqueo. Sin embargo, no es así y aún con las participaciones federales el gobierno estatal decidió aumentar los cobros, no solo en la revalidación vehicular, sino obligando a la ciudadanía al canje de placas pese a que estén en buen estado, mostrando un claro afán recaudatorio.
De alguna manera no sorprende, pero sí se tenía cierta esperanza de que este nuevo gobierno estatal pudiera ser más moderado en sus estrategias de recaudación; no fue así y hay que mencionar que tampoco lo fue el Ayuntamiento de Ciudad Juárez, ya que aumentó en un cinco por ciento el cobro al impuesto predial.
La conclusión a la que llego es que no hay nada que diferencie a los actuales gobiernos municipal y estatal, sea panista o morenista, de otros gobiernos anteriores. La ciudadanía está despertando y asumiendo acciones de protesta y de invalidación de dichos cobros.
Paradójicamente, cuando el PAN era oposición en gobiernos estatales anteriores, también había recurrido al amparo contra el cobro de revalidación, logrando buenos resultados entonces. Esta experiencia nos hace reflexionar en que si no actuamos los gobiernos nos quitarán hasta la camisa, así que a conservar lo más que podamos, para afrontar este año que se vislumbra difícil y que viene acompañado de la pandemia que tantas vidas sigue quitando a la población, por esto decimos: ¡No al replaqueo!