Con tambores, pancartas y un solo mensaje: “En Estados Unidos no hay reyes”, miles de residentes de El Paso se unieron este sábado a la segunda marcha nacional “No Reyes”, una movilización convocada en todo el país para repudiar las políticas del presidente Donald Trump y expresar su rechazo a lo que califican como tendencias autoritarias en su administración.
El evento reunió a unas tres mil personas en el parque lineal de Edgemere y Airway, donde familias, jóvenes, maestros y activistas caminaron entre consignas que resonaron en toda la zona: “Sin reyes, sin fascistas, sin tiranos, sin nazis”, se escuchaba mientras los automovilistas tocaban la bocina en señal de apoyo.
Las pancartas expresaban el sentir colectivo: “El racismo no es patriótico”, “El fascismo no tiene cabida aquí” y “Todavía creemos en un gobierno del pueblo”. En medio de un ambiente pacífico pero enérgico, la protesta se transformó en una celebración de la unidad fronteriza.
“Trump no entiende lo que significa vivir aquí, donde dos culturas se mezclan todos los días. Nosotros sí sabemos lo que es respetarnos como vecinos”, dijo Luis García, estudiante de la Universidad de Texas en El Paso (UTEP).
Para Alejandro Martínez, otro participante, la marcha fue un recordatorio de que la democracia debe defenderse activamente. “Mi hermana y yo vinimos porque amamos este país y no queremos verlo caer en el autoritarismo. La democracia es lo que nos hace únicos”, expresó.
La protesta reunió a diversos sectores sociales. Verónica Hernández, presidenta del Sindicato de Maestros de Socorro, marchó junto a otros docentes y afirmó que su presencia tenía un sentido cívico: “En este país no hay reyes. Estados Unidos pertenece a su gente. Tenemos que estar aquí para recordarlo”.
Con un cartel que decía “Construimos puentes, no muros”, María del Carmen López asistió con su familia. “Somos una frontera de esperanza. No queremos un país gobernado por el miedo ni por el odio”, comentó.
Entre los manifestantes también se encontraba Sergio Restrepo, quien criticó las políticas migratorias del actual gobierno: “Se están deportando personas sin debido proceso, incluso ciudadanos. Hay familias separadas y desaparecidas. Eso no puede ser democracia”.
La congresista Verónica Escobar estuvo presente y respaldó la movilización. En redes sociales, escribió: “El poder del pueblo es más fuerte que su odio”, subrayando que el momento actual exige unidad y resistencia frente a los discursos de odio.
Algunos participantes ampliaron el mensaje de protesta hacia temas de transparencia y justicia. Ángel, un padre de familia, exigió la publicación de los archivos del caso Epstein: “No puede haber impunidad para los poderosos. Si se protege a criminales, el sistema pierde su credibilidad”.
Durante la marcha, se escuchó una de las consignas más coreadas: “¡Caen los reyes, el pueblo se levanta!”. Algunos manifestantes llevaban piñatas representando a Trump como símbolo de burla y protesta pacífica.
El movimiento “No Reyes” tuvo eco nacional, con más de 2,500 concentraciones simultáneas en distintas ciudades de Estados Unidos. En El Paso, los organizadores locales destacaron que la jornada reflejó el espíritu democrático y solidario de la frontera.
“Esta marcha fue una declaración de dignidad”, dijo Rosa Anchondo, mientras observaba el cierre del evento, custodiado discretamente por agentes policiales. No se registraron incidentes.
En medio del cierre del gobierno federal y la tensión política que atraviesa el país, los paseños respondieron con civismo, unidad y esperanza.
“Lo que vimos hoy —coincidieron varios manifestantes— es que El Paso no se rinde. Aquí no hay reyes. Aquí hay pueblo.”