La Cámara de Comercio de El Paso reconoció el reciente acuerdo entre Estados Unidos y México de pausar la implementación de los aranceles propuestos del 25 % durante un mes.
Esta pausa se produce tras el compromiso de México de desplegar 10 000 efectivos de la Guardia Nacional en la frontera de Estados Unidos para frenar el flujo de drogas, en particular el fentanilo, hacia Estados Unidos. A cambio, Estados Unidos se ha comprometido a abordar el tráfico de armas de alto poder hacia México.
«Si bien reconocemos el valor de estos esfuerzos diplomáticos, la Cámara sigue profundamente preocupada por las posibles repercusiones económicas si se promulgan estos aranceles a las importaciones de México y Canadá después de la pausa».
Estos aranceles propuestos amenazan las economías profundamente interconectadas de Estados Unidos, México y Canadá y tendrían graves consecuencias para las empresas, los consumidores y los trabajadores de toda la región.
«México es el principal socio comercial de Texas, con un comercio bilateral que totalizará 272.300 millones de dólares en 2023, y Canadá ocupa el segundo lugar, con un comercio que asciende a 71.000 millones de dólares».
En conjunto, estas relaciones comerciales sustentan más de un millón de empleos en Texas e impulsan la actividad económica que sustenta tanto a familias como a empresas. La región de Paso del Norte, como puerta de entrada fundamental para el comercio entre Estados Unidos y México, contribuye con 127.000 millones de dólares en comercio transfronterizo anual, según el Instituto Hunt de Competitividad Global de UTEP, mientras que los puertos de entrada de Texas manejan el 68% de todo el comercio entre Estados Unidos y México, lo que representa 24 millones de dólares en comercio cada hora.
Los aranceles de esta magnitud actúan como impuestos a los consumidores y las empresas, poniendo en peligro industrias clave, como la agricultura, la manufactura y el comercio minorista, que son la columna vertebral de la economía de Texas.3 Aumentarían los precios para las familias, interrumpirían las cadenas de suministro integradas y crearían ineficiencias en redes comerciales vitales. Para El Paso, una economía fronteriza próspera, estos impactos serían particularmente devastadores.
La Cámara insta a los responsables de las políticas a buscar soluciones que fortalezcan nuestras relaciones comerciales, en lugar de políticas que creen barreras al crecimiento económico. El Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) ha fomentado la innovación, la creación de empleo y la competitividad regional durante décadas.
Las políticas que amenazan este progreso socavan no sólo la prosperidad económica, sino también la confianza y la cooperación que han hecho de América del Norte un líder comercial mundial.
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